Nuevo año, nuevas historias
¡Feliz año hijit@s!!!!!
Soy como el turrón, qué sólo vuelve para las fiestas (y que está bueno también, para qué vamos a negarlo)
Me he sentado un ratico a actulizar el blog porque en mi casa me hacen el vacío. El Manolo está absorto viendo El Diario de Patricia (o como coño se llame ahora) y sacándose pelotillas del ombligo, y el Jonatán y la Vanessa no me dirigen la palabra después de que les despertara esta mañana a las 8:30 para que me ayudaran a limpiar la casa, que estaba hecha un asco después de las fiestas. madre mía cómo se han puesto, ni que les hubiese pedido que le limpiaran el culo a la abuelita, vaya críos más vagos y desagradecidos que me han salido, ay Señor, cría cuervos...
Hablando de la abuelita se ha puesto una minifalda de la Vane y se ha ido al Hogar del Jubilado a ver si liga un poco y se le levanta el ánimo, porque el 2010 no ha sido muy bueno para ella. Lo dejó con su novio millonario de Miami (la distancia, ya se sabe), a su mejor amiga le tocaron 200.000€ en el Euromillones y por si fuera poco se murió el Cokito, su perrillo (foto aquí) La verdad es que el bicharraco era más viejo que Matusalén, por no tener ya no tenía ni pelo, estaba ciego, sordo, mudo, y paralítico, que tuvimos que comprar un camión de juguete en los chinos, atarle una cuerda y meterlo dentro para llevarle al estilo Ironside. Lo atropelló el camión de la basura, y el pobre hombrecico se quedó tan mal que nos ofreció 100€ como compensación por la muerte del perro y a condición de que no dijéramos nada en su empresa. Yo habría pedido más, pero la Vane no me dejó, menos aún teniendo en cuenta que el perro ya estaba muerto cuando le pasó el camión por encima. Lo que tiene de puta lo tiene de honrada, la jodía...
En realidad Cokito se había muerto unos días antes, con eso de que ni se movía ni ladraba sólo nos dimos cuenta de que el pobre había estirado la pata (metafóricamente, claro está) cuando se nos coló un buitre por la ventana del salón y casi le arranca un ojo al Manolo, para acto seguido ir a picotear al pobre Cokito. Ah, y porque había más moscas de las habituales. Entonces a mi Jonatán, que es igual de avispado que su madre, se le ocurrió dejarlo justo por donde pasaba el camión para colgarle el muerto (y nunca mejor dicho) a otro.
Y nada, gracias al Cokito (que Dios lo tenga en la gloria) hemos cenado esta Nochebuena como Dios manda, no podría soportar volver a comer esto imaginándome que es marisco, y sustituyendo el ibérico por chopped revenío...
Bueno hijitos, el Manolo tiene hambre y ya comenzado a rebuznar, voy a calentar las lentejas con chorizo y otro día os cuento qué tal me fue la Nochevieja, que aquí hay muuuucho que contar.
Besicos con los labios fruncíos (no seáis putas y estrenadme el botón Me gusta, que trabajico me ha costao ponerlo aquí)