Marujita ha vuelto

Queridos ciberhijos

Nates que nada feliz año, y en segundo lugar quería pedir disculpas por mi ausencia. Ya he visto los post que ha escrito mi Manolo pidiendo mi regreso.

Debo informaros de que mi desaparición ha sido totalmente voluntaria, aunque regresé a casa el día de Nochebuena, igual que el turrón. No era justo hacerle eso a mi familia.

Durante todo este tiempo he estado en un retiro espiritual en la cima de algún monte perdido en los Picos de Europa. El día de mi desaparición caí en una profunda crisis espiritual que me ha hecho plantearme muchas cosas. Según regresaba de comprar el pan y metía la llave en la puerta del portal pensé en todo lo que me esperaba en mi humilde piso de VPO del año de la tana (con deciros que cierto General puso la primera piedra...) Pensé en el baboso de mi marido, que me pone los cuernos con la tía más fea del barrio, con sus ronquidos, su barriga cervecera y sus pedos matinales bajo el edredón; en la golfa de mi hija, que cada semana estrena novio y que si no me la han preñado aún es porque le echo la píldora en el Colacao de las mañanas; me acordé del delincuente de mi hijo, de sus plantas de maría escondidas entre mis geranios, de su moto trucada y llena de bollos, del olor a porro de su habitación, de sus colegas en el reformatorio... Recordé que el calentador llevaba seis días estropeado sin que el Manolo hiciese algo por arreglarlo y que esa noche me tocaría volver a ducharme con agua fría...
Miré a mi alrededor y vi el barrio de mierda en el que vivía, con sus marujas sin oficio ni beneficio, sus yonkis chandaleros, etc. Pensé en el tiempo que llevaba en la autoescuela sin lograr sacarme ni el puñetero teórico (es que la chica me tiene manía...) y entonces me di cuenta de que era una FRACASADA, que no tenía nada en la vida.

Me fui al cajero más próximo, saqué 300€ de la libreta del Manolo (que siempre llevo encima, como buena maruja) y me fui a la estación de autobuses.

Lo que sucedió a partir de ahora permanece borroso en mi memoria, talvez os lo cuente algún día.

Sólo sé que cuando regresé a casa, con la cabeza ligera y el corazón encogío, me encontré con que el Manolo había metido a otra en casa. Me encontré a la guarra trasteando en mi cocina, con mis ollas, mis cucharas, mis especias Hacendado...Sólo de pensar que esa cerda había estado usando mi bidet todo ese tiempo, me subió la sangre a la cabeza, la enganché por los pelos y le estampé la cabeza contra el cuadro de la comunión del Jonatán. El Manolo llegó a tiempo para separarnos y recibir una patada en los huevos de mi parte.

Los niños están contentos porque he vuelto y ya pueden comer otra cosa más aparte de huevos con salchichas, pero el Manolo y yo dormimos en cuartos separados y no nos dirigimos más la palabra.

Talvez nos separemos, o no, habrá que verlo...

Os mantendré informados, y espero que en este 2009 pueda actualizar el blog como antaño.