Marujitown la haces tú

Señoras y señores, en vistas al cercano 1er aniversario de Marujitown (el 30 de septiembre) y para celebrar que, después de un verano de tensas negociaciones con el friki del 6ºB, por fin una ya ha aprendido a manejarse con el Photochoff , he decidido que si hay algo que este mi blog se merece es un cambio de imagen de acuerdo con su espíritu y filosofía. Por ello he decidido crear diferentes plantillas más marujeriles que la paranoia ésta en Technicolor con la que llevo meses torturando vuestras retinas.

Pero esto no es todo. Ustedes, amantísimos lectores del boletín de Marujitown, son quienes hacen esto posible, así que por una vez os voy a dejar que decidáis la plantilla que más os guste y que la votéis.

Abajo tenéis imágenes con las diferentes opciones que tengo preparadas, haced clic en ellas, observadlas y cuando hayáis decidido podéis votar abajo y dejar vuestro veredicto.

Opción 1: El look Metadona en tonos verdes. Inspirado en esos supermercados tan populares y queridos por las marujas de este país. Alguien tenía que darles las gracias por la cola Hacendado (¡más barata que el agua, oiga!), por la colonias de 10€ euros que huelen como si costaran 30€, y por el zumo que imita al biofrutas de Don Simón y que curiosamente también está fabricado por Don Simón a pesar de ser de marca Hacendado, ¿no?

Opción 2: El look mantelito. En tonos rojos. Inspirado en los manteles de mesa que hicieron furor en las cocinas españolas de los 70/80, adorados en los restaurantes más casposetes y cutres de este país. 100% marujeril y no destiñe con los lavados.

Opción 3: Minimalista. Un banner rojo. Un fondo blanco. Y nada más. Un look despejado y minimalista para las más modernas, sin fondos aberrantes ni distracciones de ningún tipo.

Opción 4: El look Metadona en tonos anaranjados. Ligera variante del primero, en otra gama de colores (el fondo sigue siendo el mismo para ambos, es decir, este de aquí, el que puse en el primero no está muy logrado así que tuve que cambiarlo)




Mola el plan, ¿no? Viva el prosaico encanto de la democracia, cullons.